¿Qué pasa cuando las palabras no se detienen?
Escribir y fluir para crear textos únicos y despertar la creatividad.
Durante el puente hemos aprovechado para escribir la primera carta para los Reyes Magos. Mi hijo tiene cuatro años. Todavía no sabe escribir, pero ya quiere hacerlo. Me declaro culpable. Sabe todas las letras y quiere que se las vaya diciendo para ir escribiendo. Me parece maravilloso. Le dejo libertad creativa, que vaya haciendo las letras del tamaño que quiera, le intento transmitir que las palabras llevan espacio entre ellas, que se escribe de izquierda a derecha y, lo que desde el primer día le explico, es que hay palabras que llevan tilde. Me encanta que las tildes las une a las letras, no deja un espacio. Su propio estilo. Un estilo caótico, el flujo de su conciencia.
Y lo que él y los niños que aprenden a escribir hacen, es lo que nosotros deberíamos hacer de vez en cuando.
¿Qué es el flujo de conciencia?
Se trata de una técnica literaria que busca reproducir el pensamiento tal y como ocurre en la mente: caótico, libre y sin restricciones. Grandes autores como Virginia Woolf o James Joyce han utilizado esta técnica para llevar al lector directamente a la mente del personaje, y esto les ha servido para crear con ellos una una conexión íntima y única.
¿Por qué te cuento esto? Estarás pensando. Porque quiero hablarte del ritmo en la escritura. La puntuación, este concepto que, cuanto más contenido lees, más carencias notas al respecto. Y es que este es otro temazo. Ahora cualquier persona se lanza y publica lo que quiere, de la manera que quiere. Esto está bien. Pero también provoca que, si se escribe mal, sus lectores incorporen esos errores. Pero, como me gusta ver siempre el lado positivo de las cosas, también podemos contagiarnos del buen hacer y escribir de diferentes personas y eso es una gran ventaja.
La puntuación sirve para organizar lo que escribimos, marcando el ritmo y la emoción. Un texto con frases cortas tiene impacto. Uno con frases largas y fluidas, sin pausas, transmite urgencia, emoción o incluso caos. ¿Qué pasa si rompemos las reglas? ¿Si dejamos que las palabras fluyan sin interrupción?
Aquí entra el flujo de conciencia. Escribir como cuando no sabías hacerlo. Lanzando en el papel las palabras según van saliendo de tu mente.
Una escritora conocida, Julia Cameron, propone en su libro «El Camino del Artista» una actividad que va en esta línea, y las llama las páginas matutinas. Ella piensa que es una manera eficaz de sacar todo lo que hay en nuestro interior. Se trata de una escritura personal, que tiene como objetivo desbloquear la creatividad liberando pensamientos y emociones.
Su propuesta es hacerlo por la mañana, nada más despertar, sin censura y a mano. De esta forma, estaremos escribiendo con la cabeza fresca, sin influencias del día, sin tener tiempo de enfurruñarnos por leer un email que no nos apetecía, recibir una llamada que nos cambie el humor o cruzarnos con una persona que agrie nuestro carácter.
Además de liberar la creatividad, estas páginas nos ayudan a fomentar el hábito de escribir y a liberar la mente de preocupaciones. Las sueltas en el papel, según salen, sin plantearte otra cosa antes. No necesitas inspiración. Solo necesitas escucharte y dejarte llevar.
Julia Cameron propone tres páginas, pero es mejor hacerlo que la parálisis de pensar que no serás capaz de llenar tres páginas, así que mi recomendación es que lo hagas, y si un día sale media página, otro salen tres, otro salen cinco y al otro vuelve a salirte un párrafo, también estará bien.
Vamos con un ejercicio práctico
Escoge un momento de tu día, el que quieras: algo tan sencillo como tomar el café de la mañana o mirar por la ventana.
Escribe sobre ese momento durante cinco minutos. Pero aquí viene el reto: no puedes usar puntos, solo comas.
No te preocupes por la gramática, las oraciones “correctas” o las estructuras. Deja que las palabras fluyan, como si fueran un río que no puede detenerse.
Vamos a dejar fluir las palabras poniendo en práctica la escritura automática.
¿Y después? Cuando termines, lee lo que escribiste. ¿Qué sensación te dejó? ¿Cómo cambia el ritmo al eliminar las pausas habituales? ¿Te sientes más cerca de tus pensamientos?
Escribir sin detenerse no solo te conecta con tus ideas, sino que también te ayuda a romper con los bloqueos.
Y no te olvides: en la escritura creativa, todo está permitido. ✨
Luli ✨
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