Querido diario: hoy vengo a hablar de mi libro
Todavía no está escrito. Pero eso es lo que voy a contar.
Hoy me he despertado pensativa, taciturna.
No me ha pasado nada especialmente, pero soy una persona que empatiza mucho con el entorno y el mundo está mal. Y eso me hace estar mal. Pero todo pasa.
Total, que estaba bebiendo agua y he pensado en la cantidad de veces que espero a que pase algo para hacer algo.
Me explico. Situaciones, que seguramente te resulten familiares, del tipo:
En cuanto acabe este proyecto, empiezo con eso (inserte aquí un deseo que tengo hace tiempo)
Y así, esperando a que cosas acaben, he ido procrastinando ese deseo que tengo hace mucho, mucho tiempo: escribir una novela.
Estoy estudiando un máster de escritura, para mejorar mis técnicas y centrarme en ese área que tanto me gusta y que, además, me viene muy bien para mi trabajo, que es escribir. Esta situación me ha acercado más a ese deseo.
Un día, mientras organizaba mi semana, abrí la web de Escuela de Escritores y busqué un curso que tenía fichado desde hacía mucho, mucho, mucho tiempo. Había hecho otros tantos con ellos, pero no me atrevía a dar el paso con ese.
Novela I. 4 horarios, solo encajaba 1.
Lara Coto.
La llamé.
—Hola, Lara, soy Luli, no me conoces de nada, pero, ¿tienes 10’ para que te cuente mi vida y tú me digas si me apunto a tu clase? —(fue más o menos esto, disfrazado con otras palabras)
Por la tarde fui a clase con Chiki Fabregat. Al terminar la pillé en la puerta.
—Chiki, verás, he llamado esta tarde a Lara para ver si cree que podría apuntarme a clase de Novela I, compaginarla con esto, el trabajo, los niños —. (Y un poco más de cuestiones de mi vida)
Y luego llegué a casa.
—Tony, creo que me voy a apuntar a novela, hay un horario que me encaja y tengo el cuaderno de verano con algunas notas, siento que puede ser un buen momento.
Me pasa muchas veces cuando tengo que tomar una decisión. En realidad, ya la tengo tomada, pero necesito compartirlo.
En realidad no importaba nada de lo que estas 3 personas me dijeran. Yo ya había tomado una decisión.
¿Será una búsqueda de cómplices para tener que ir corriendo de un sitio a otro y pasar de hacer todo andando en mi zona de confort, a estar metida en el Metro de Madrid 8 veces por semana? Es probable.
Un martes a las 11 empezaba la clase.
A las 9:30 mandé un email a la escuela “quería saber si podía apuntarme a la clase de Lara Coto de Novela I. Gracias”
A las 10:00 llamé para confirmar.
A las 10:56 estaba entrando al aula Samsa. Llevaba en la mochila mi cuaderno con las notas del verano.
Así que estoy escribiendo una novela. Con el apoyo de Lara y 10 compañeros más. Con mucha ilusión. Con muchas ganas. Con muchas ideas.
Y me han dicho que tengo que contarlo. Para creérmelo, para que no deje de hacerlo, para que sea un hecho.
A mi entorno cercano ya se lo he contado, así que para que sea todavía más real, ahora lo estoy contando por aquí.
Lo que no he desvelado fuera de esas 11 personas es el tema, la trama, el conflicto…poco a poco.
Pero bueno, contenta porque la frase “vengo a hablar de mi libro” por fin encaja a la perfección.
Ayyyy…¡qué ilusión!
Luli ✨