Querido diario: estas son las 15 cosas que hubiera querido saber cuando empecé a escribir
La vida siempre se ve fácil y predecible cuando ya pasó lo que tenía que pasar.
Sé que por aquí, además de amigos y familiares (un agradecimiento especial por estar siempre ahí y apoyarme en mis miles de movidas) hay mucha gente a la que le gusta escribir y por diversas razones siente algo de miedo o presión. También hay personas que ya escriben y que vienen a compartir experiencias y momentos. También están las que siguen aprendiendo aunque no tengan ninguno de esos miedos. Seas cual seas tú hoy sé que estas reflexiones de hoy te van a servir.
Escribo esto pensando en ojalá alguien me lo hubiese contado antes. Pero le doy una vuelta más y pienso que no. Que las cosas han ido ocurriendo como tenían que ocurrir y que de todo he podido aprender. No solo de lo menos bueno. Me parece un poco derrotista pensar que solo se aprende de los errores. De lo que me sale bien aprendo mucho también y así procuro repetirlo.
Siempre he sido más de números pares, pero he sacado trece highlights que quiero compartir, en orden caótico como mi la vida misma:
Escribir no siempre es mágico
Y eso está bien. Dejemos de pretender que todo en la vida sea como en Instagram. Las frases no caen del cielo como si fueras la reencarnación de Sylvia Plath. Muchas veces el oficio de la escritura requiere que lo hagas con sueño, cansancio o con la cabeza llena de otras cosas que tienes que hacer. Ahí también hay escritura. La magia no está en lo que sientes al escribir, sino en lo que se queda en la página aunque tú no lo veas al instante.No hace falta haber leído a los rusos para empezar
No sabes cómo se pronuncia Dostoyevski, no pasa nada, no es ningún Crimen ni Castigo (guiño, guiño) No necesitas haber leído a Tolstói en versión original. Puede que cuando te tocó leer El Quijote lo hicieras en un resumen de internet, no te fustigues, la gente suele hacerlo (soy la gente). Fustigarte porque no has leído todos los clásicos me parece un error, si has leído otras cosas. Lo único que necesitas es ganas. Las referencias se construyen leyendo y escribiendo.Lo perfecto es enemigo de lo escrito
Aquí no venimos a sacar una tesis doctoral. Venimos a contar historias. A dejar salir algo que necesita forma. Si esperas a que esté perfecto, probablemente no escribas nunca. Y eso sería una pena. Escribe feo, como salga. Luego ya habrá tiempo para pulir. La edición siempre debe ser el último paso para dejar que la historia tome forma.El síndrome del impostor no se va, pero se le coge cariño
Al principio crees que eres la única que se siente un fraude. Pero no: el síndrome del impostor es como ese amigo que sigue contando chistes machistas en 2025. Aprendes a convivir con él. A veces incluso le dices “anda, siéntate, pero déjame escribir tranquila”.Puedes empezar escribiendo lo que sea
Llevo años escribiendo. Notas, historias, cuentos, más o menos largos. Ahora llevo meses escribiendo una novela. La idea de escribirla es algo que lleva muchos años en mi cabeza, pero no es algo que pretendiera hacer a la primera. Todo lleva un tiempo y un proceso y disfrutarlo es importante. Puedes empezar escribiendo una lista de cosas que te gustan. Una carta a tu yo del pasado. La conversación que no te atreviste a tener en persona. Lo importante no es lo que escribes, es que lo hagas. Eso como premisa básica, siempre.Leer alimenta, pero escribir entrena
Leer es fundamental. Pero si solo lees y no escribes, es como ver vídeos de yoga sin hacer una sola postura. Es como todos esos vídeos de recetas que tienes guardados en tus redes sociales que te alimentan el alma, porque lo que es otra cosa, imposible si no te pones a cocinar. Está bien mirar, pero tu cuerpo (y tu voz) se activan cuando haces. Así que: escribe y no dejes de hacerlo. ¡Ojo! Hay días de descanso, de mirar por la ventana, de pensar en una escena sin escribirla. Todo eso también es parte del proceso. No te castigues por no escribir a diario. A veces el silencio también está lleno de palabras esperando su turno.Tu voz no se busca, se descubre
No es una meta, es un proceso. No te levantas un día diciendo “¡ajá! esta es mi voz, este es mi estilo”. La vas encontrando a medida que escribes. Y cambia. Se afina. Se tambalea. Pero está. Y cuando la reconoces… ay, qué subidón. Lo más bonito es cuando alguien lee algo tuyo y te reconoce en esas palabras.Lo que te da miedo contar, es probablemente lo más potente
¿Esa historia que no te atreves a sacar porque es “muy tuya”? Ahí hay oro. Lo que más cuesta, más conecta. Porque cuando escribes desde ahí, desde la tripa, se nota. Y lo que se nota, se siente. Y lo que se siente, transforma.No hace falta tener una historia espectacular
No necesitas haber vivido siete vidas ni haberte perdido en el Amazonas. Lo cotidiano, bien contado, emociona. Una discusión en el supermercado, una tarde en silencio, un recuerdo de infancia... todo puede ser material si sabes mirar con ojos de escritora.El bloqueo no es el final del camino
Es solo una curva. No pasa nada si no sale nada hoy. O esta semana. El bloqueo no es el enemigo, es un mensaje. A veces te pide que cambies el enfoque, que sueltes expectativas o que simplemente descanses. Escúchalo. Y luego vuelve a tus cuadernos.Mostrar tus textos da miedo, pero te transforma
Compartir lo que escribes te da vértigo, y aquí es cuando aparece el amigo del punto 4. Pero también te da fuerza. Ver que otras personas conectan, se emocionan, se ríen o se ven reflejadas en lo que tú has escrito... no tiene precio. Empiezas a entender que tu historia, tu mirada, sí importa. Y si no lo ves, no pasa nada. ¿Qué va a pasar? Escribe y guárdatelo.Escribir te cambia
Te hace más valiente. Más sensible. Más tú. Te ayuda a entenderte, a ordenar ideas, a recordar quién eras y quién quieres ser. No solo es un acto creativo. Es un acto de cuidado y, a veces, de salvación.No estás sola
Aunque te parezca que estás escribiendo en una isla desierta, no es así. Hay una tribu entera ahí fuera: otras personas que también dudan, se bloquean, se emocionan. Y también me tienes a mí para recordártelo.
Y si después de leer todo esto te ha entrado un cosquilleo, una vocecita que te dice “¿y si empiezo hoy?”, hazle caso.
Luli ✨
Por si quieres leer más…
Leer más para escribir mejor
Voy a desvelarte un secreto que te va a hacer escribir mejor: lee más. Lee con los ojos bien abiertos, con la mente curiosa, con el radar creativo activado.
7 preguntas que toda escritora principiante se hace
Si escribir fuera fácil, todo el mundo tendría un bestseller
Que bonito recordar todo eso, me encantó lo de escribir entrena ✨
¡Qué necesario es repetirnos todas esas cosas! Especialmente los días de lluvia.