10 Comentarios
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Avatar de José P. Fierro

Qué gran verdad (y cómo duele) eso de que la chispa estaba ahí porque no buscábamos la chispa. Me ha encantado tu reflexión 😊

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Avatar de Luli Borroni

Gracias 🤩

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Avatar de Agnès Teixidó

Ojalá consigamos hacer este ejercicio!

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Avatar de Luli Borroni

✨🙌 que así sea

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Avatar de Paola C. Álvarez

Preciosa reflexión. La libertad y la ilusión que teníamos a esa edad no es la misma que cuando entras en la rueda de publicar y de exigirte hacerlo cada vez mejor.

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Avatar de Luli Borroni

Eso es! y qué pena perderlo por otro tipo de presiones.

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Avatar de Lluvia Beltrán

Ay, yo me siento exactamente igual. Me ha encantado lo de que el filtro se convirtió en jaula... Llevo mucho tiempo luchando por tratar de recuperar la frescura y el disfrute en/con la escritura, pero es muy difícil olvidarse o dejar de pensar que si en estructura, que si arcos de personajes, que si cliffhangers... Muchas ánimo, espero que reconectes con esa tú escritora de 13 años 😉

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Avatar de Luli Borroni

¡Sí! de vez en cuando reconecto, eh! pero bueno...hay veces que hay que ponerse seria jajaja

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Avatar de Fabiana Toro Lozada

"Una se pasa más tiempo editando en la mente que escribiendo en el teclado".

¡Uf, Luli! ¡Qué maravillosa reflexión! Me identifico con cada una de tus palabras. Hace falta regresar a esa niña de 13 años para escribir y para tantas otras cosas. Me guardo este texto como recordatorio.

Gracias por compartir. Un abrazo.

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Avatar de Félix Cortés Schöler

¡No te imaginas cómo me pegó esta entrada de tu diario!

Llegó un momento en que me transportó a un descampado a media noche, donde acampábanos los de séptimo grado (aquí en México: primero de secundaria) en una excursión a tierras de Michoacán. En ese terreno medio árido, medio baldío, me fui a sentar en una piedra al lado de la única farola y, rodeado por un vendaval de mosquitos (que, por cierto, se dieron el festín de sus vidas con mi sangre), vomité el cuento de tres amigos que se alejaban del campamento y descubrían un árbol que, en vez de frutas, tenía las ramas cuajadas de ahorcados.

Era un cuento espantosamente mal escrito. Pero lo recuerdo con enorme cariño. Preferiría mil veces escribir así de mal. Y así de libre.

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