Rompiendo los moldes de la escritura con técnicas literarias creativas
Porque las reglas están para saltárselas. Los moldes para romperlos y la escritura para ser libre.
Hola, soy la profesora de escritura que te va a hablar de técnicas literarias para que luego puedas pasar de ellas.
Poco convencional, algo extravagante y rebelde sin causa. No soy tanto, pero hoy un poco.
Un híbrido entre tener las cartas sobre la mesa, disponer de la información y los conocimientos reales y necesarios para escribir bien y, a la vez, poder darle un giro a las historias jugando a desafiar las reglas sagradas de la escritura.
Siempre me ha gustado eso de darle un toque personal a las cosas. Te conté en mi anterior publicación que hace un tiempo era Yummyluli, una cocinera creativa que inventaba recetas con estilo. Lo de inventaba es porque no soy capaz de seguir una receta sin darle mi toque. Me gusta y necesito que así sea. Y con la escritura me pasa un poco igual.
Esto ha generado grandes debates cuando he sido alumna. Y pocas cosas disfruto más que un buen, y respetuoso, debate.
Lo que te vengo a contar hoy son algunos giros creativos a las técnicas literarias al uso con el fin de crear textos originales y con un toque rebelde. Pero ojo, que no me estoy inventando nada. Verás en los ejemplos que son “travesuras” que usan los mejores autores en sus obras.
Hoy todo vale, porque la mejor forma de destacar es no seguir siempre las reglas.
El narrador poco confiable
Un estilo de narrador cuyo relato despierta constantes dudas en el lector. Suele estar hecho en primera persona y ser completamente subjetivo con lo que ocurre a su alrededor. Un ejemplo es Holden Caulfield en El guardián entre el centeno, o Jay Gatsby en El gran Gatsby. Son dos personajes que cuentan la historia de una manera tan subjetiva que el lector no sabe si puede confiar en su versión.
¿Cómo aplicarlo en tus textos? La próxima vez que escribas, ¿te atreves a crear un personaje que no siempre diga la verdad? Los lectores quedarán atrapados tratando de descifrar la realidad entre líneas.
Fragmentación temporal
El arte de ir dando saltos en el tiempo de manera que consigas crear una atmósfera misteriosa que cautive al lector. OJO que esto hay que hacerlo bien. No enredar de más y, bajo mi juicio, que la lectura no se haga algo pesada y complicada de entender, porque corremos el riesgo de que el lector se aburra, se agobie y abandone el texto.
Saltos temporales entre el pasado y el presente, como hace Gabriel García Márquez en Cien años de soledad, y otras tantas obras que usan los flashbacks como herramienta para ir situando la escena.
¿Cómo usarla en tus textos? ¿Qué tal si pruebas escribir una escena final antes del principio? Verás cómo el contexto se va revelando poco a poco, manteniendo el interés del lector.
El monólogo interior
El monólogo interior permite al lector entrar en la mente del personaje y experimentar su flujo de pensamientos. James Joyce lo utiliza magistralmente en Ulises, donde los pensamientos del personaje principal fluyen sin interrupciones, como un torrente incontrolable.
Con el auge de los audiolibros y los podcasts, esta técnica ofrece una oportunidad única para profundizar en la psicología de los personajes y ofrecer una experiencia inmersiva.
¿Cómo usarla en tus textos? Aprovecha un conflicto interno de tu personaje principal y conviértelo en un monólogo, ¿es posible que se te mezcle con el narrador subjetivo que comentábamos antes? ¡Es posible! Mezclar y ver resultados…¡me encanta!
El lector como protagonista
¿Y si ponemos al lector directamente en los zapatos del protagonista? La segunda persona le da al lector la sensación de estar viviendo la historia. Si una noche de invierno un viajero de Italo Calvino es un excelente ejemplo de metaficción, una técnica que rompe la cuarta pared y hace que el lector sea parte activa de la narrativa.
Más allá de la lectura, esto se ve en los videojuegos narrativos; la segunda persona está tomando fuerza, porque genera una conexión más íntima y personalizada con la historia.
¿Cómo usarla en tus textos? Escribe un párrafo donde el lector tome el control. Será como si le entregaras las riendas de la historia. Interpela al lector y hazle partícipe de una escena.
Estas técnicas están diseñadas para que experimentes con tu escritura y explores nuevas formas de contar historias. Porque a veces, las mejores historias surgen cuando decidimos romper las reglas.
✍🏼✨ Te propongo un ejercicio
Anoche bajé a sacar al perro. Todo estaba en calma, tan silencioso que podía escuchar mi propia respiración. No había nadie alrededor, solo el crujido de las hojas bajo mis pies. Estaba sola, sí, absolutamente sola. ¿O quizás había alguien? Estaba Floppy, pero siempre a mi lado. Creo recordar una sombra entre los árboles, pero no... eso debió ser un reflejo. Estoy segura de que no vi a nadie, aunque sentí una mirada fija en mi nuca, bastante inquietante. Pero claro, si hubiera alguien, lo recordaría, ¿verdad?
Cuando volví a casa, cerré todas las ventanas, como siempre hago. Bueno, en realidad olvidé una, pero no importó; seguro que el viento cerró la puerta. Aunque, ahora que lo pienso, ¿cómo explicar los pasos en el pasillo? Debe haber sido mi imaginación, una sombra en el borde de la visión... o quizás fue mi propio reflejo en la ventana. Sí, fue eso, una ilusión. Nadie estuvo allí... al menos, nadie a quien pudiera ver.
Escribe una historia corta donde el lector no pueda confiar en el narrador. Puede ser algo tan simple como un cuento de dos párrafos donde el narrador, aparentemente inocente, va revelando contradicciones en su relato. Como el mío.
¿Te animas a compartirlo en comentarios? ¡Tengo muchas ganas de leerlo!
Luli ✨
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