Esto es pura magia. Mientes tan bonito que hasta la verdad se rinde a tus pies. Al final, escribir es eso: convertir sentimientos en palabras, hacer que lo imaginado se sienta real y que el lector se pierda en tus historias sin querer salir. Y tú, querida, eres una hechicera de emociones. ✨
Nos gusta la literatura de ficción porque nos permite vivir otras vidas, explorar mundos imposibles y experimentar emociones que quizá no encontraríamos en nuestra propia realidad. Es una forma de evasión, sí, pero también de comprensión: a veces necesitamos alejarnos de nuestra vida para verla con más claridad.
Nos manipula en el mejor sentido de la palabra: nos hace empatizar con personajes, cuestionar nuestras creencias y ver el mundo desde otras perspectivas. La ficción no solo nos entretiene, sino que nos transforma.
¿Nos gusta más que nuestra realidad? No siempre, pero a menudo es más intensa, más ordenada, más simbólica. La vida real tiene demasiados cabos sueltos; la ficción nos da el consuelo de historias con sentido, incluso cuando terminan mal.
Eso es. Nos gusta meternos de lleno, si la historia así lo permite, y vivirla con intensidad, total sabemos que es eso: ficción. Que podría pasar, porque debe ser verosímil, pero que en realidad no es NUESTRA realidad.
Esto es pura magia. Mientes tan bonito que hasta la verdad se rinde a tus pies. Al final, escribir es eso: convertir sentimientos en palabras, hacer que lo imaginado se sienta real y que el lector se pierda en tus historias sin querer salir. Y tú, querida, eres una hechicera de emociones. ✨
¡ay, pero por favor! qué bonitas palabras, me has alegrado la mañana :)
y tú a mí!!🥰
Nos gusta la literatura de ficción porque nos permite vivir otras vidas, explorar mundos imposibles y experimentar emociones que quizá no encontraríamos en nuestra propia realidad. Es una forma de evasión, sí, pero también de comprensión: a veces necesitamos alejarnos de nuestra vida para verla con más claridad.
Nos manipula en el mejor sentido de la palabra: nos hace empatizar con personajes, cuestionar nuestras creencias y ver el mundo desde otras perspectivas. La ficción no solo nos entretiene, sino que nos transforma.
¿Nos gusta más que nuestra realidad? No siempre, pero a menudo es más intensa, más ordenada, más simbólica. La vida real tiene demasiados cabos sueltos; la ficción nos da el consuelo de historias con sentido, incluso cuando terminan mal.
Eso es. Nos gusta meternos de lleno, si la historia así lo permite, y vivirla con intensidad, total sabemos que es eso: ficción. Que podría pasar, porque debe ser verosímil, pero que en realidad no es NUESTRA realidad.