Querido diario: Fleming, Jesucristo y yo
La Trinidad de esta Semana Santa. Estreptococo, torrijas y penicilina.
Esta Semana Santa no había hecho muchos planes. Menos mal. Dados los precios desorbitados de los alojamientos vacacionales a los que la inflación nos tiene sometidos, una bacteria, concretamente el estreptococo, quizo alojarse durante estas fechas en mi garganta, montándose en ella un fiestón sin precedentes que me produjo una faringolaringitis aguda.
Una primera e insuficiente visita a urgencias me trajo de regalo un pinchazo intramuscular de penicilina. No quiero dramatizar ni asustar a nadie, así que no voy a comentar nada sobre SI duele mucho. Hasta ahora sé que no estás envidiando nada mi plan. Lo mismo me pasaba a mí cuando el domingo miraba las redes y veía a los pobres vacacionadores atascados en la carretera. Todos tenemos issues.
Me encontraba fatal, era un trapo pero escribí. No sé si la penicilina, la fiebre o los antiinflamatorios y antibióticos fueron los ingredientes de la combinación definitiva que aceleró mi creatividad, pero escribí el capítulo más largo de lo que llevo de novela y un texto mientras estaba en el hospital que es lo que vengo a compartir hoy, al que he llamado “Soliloquio febril”. No tengo mucho más para decir que no sea quejarme de la eficacia de la penicilina, que se me prometió casi como un elixir mágico y mis reticencias hacia los respetos hasta ahora otorgados al Dr. Fleming. Así que, allá vamos.
Soliloquio febril
Vaya suerte la mía, ahora que tengo unos días para hacer cosas en un Madrid completamente vacío, ponerme enferma, tener que ir a urgencias, con lo que lo odio, la gente tosiendo, hola, dónde está tu mascarilla, qué poca memoria, yo las odio también pero por favor que estás a punto de echar los órganos por la boca, tápese señor que no me quiero llevar más cosas de las que traigo puestas, en fin, encima el del al lado diciendo que vino hace unas semanas por una infección y que le dejaron ingresado durante cinco días que no quiere que le pase lo mismo, pues no vengas, yo no vendría, aunque si te encuentras mal, vienes, lo que le gusta a la gente quejarse de todas formas, yo espero que no me dejen ingresada, no tengo nada, mi libreta, mi ebook y el móvil que se quedará sin batería en algún momento, si me dejan ingresada me tendrán que traer bragas limpias y el cepillo de dientes, aunque con lo que me duele la garganta, ni abrir la boca para lavarme los dientes puedo y quién se queda con los niños, ay, no hay plátanos para el desayuno, ahora le digo a Tony que compre, cuando salgan al parque, qué mierda no poder ir a la ruta, pero nada peor que la PCR que me acaban de hacer, además creo que el enfermero ha disfrutado bastante viendo cómo no quería hacérmela, y aquí enganchada a estos cables, que no me puede dar más grima esta vía, le tengo que hacer una foto para enseñársela a los niños, o no, igual un poco sádico, no? bueno, la hago y luego veo si se la enseño, ahora estarán con las bicis, no sé qué hay para comer, mi madre siempre tiene claro lo que hay para comer, desde el día antes de hecho, ay como me molesta que me pregunte cuando estoy comiendo que qué quiero cenar, señora, no he deglutido estos alimentos aún, relájese, pero también es verdad que así está todo organizado, como cuando los niños me piden yogur y no tengo porque se me ha acabado, bueno, se me, no, se ha acabado, porque todos comemos yogur, pero mi madre sí que estaba y está pendiente de estas cosas, siempre caldo en la nevera como dice Rigoberta, voy al concierto de julio? a ver si me pilla en Madrid, seguro que sí, este verano toca trabajar bastante, pero tengo que centrarme, sentarme y organizar todo lo que tengo en la cabeza porque si no, todo mal, tengo que terminar el libro, mandarlo a revisar, luego seguir con la novela, ah y primero las prácticas, menos mal que son los jueves que tengo a los enanos con los abuelos, quizás estoy descuidándoles un poco este año, entre el máster y demás, pero también tengo que pensar en mi trabajo, ahora que está cambiando todo, ah, no el concierto ya me acuerdo, me coincide con otro, por eso no podía, bueno, para la próxima, estoy sudando, me estará bajando la fiebre, y eso tendría que ser, si la doctora me ha dicho que la penicilina me curaba casi al instante, habrá merecido la pena el pinchazo, gracias Fleming por el descubrimiento, cómo será que un día dijo voy a mezclar esos líquidos a ver qué surge, pero los habrá tenido que pinchar a la gente y probar, no? para ver que había descubierto un medicamento, tengo que leer al respecto, un poco inculta eres, mira qué casualidad, aquí viernes santo, crucificada en este sillón de urgencias, enganchada a la vía, quizás me ingresen y resucite el domingo, si es que soy una diva valiente y poderosa, mi vida es un jardín lleno de espinas y rosas, qué buen trabajo el de Melody la verdad, porque ya cada vez que pienso en diva va la canción de carrerilla, eso es así, ay no por favor, que no me ingresen, es un lío, no me apetece nada, no estoy tan mal en realidad, o sea no puedo hablar, pero tampoco para ingresarme, ya este señor me ha sugestionado, espero que los niños se lo estén pasando bien, ahora cuando vuelva a casa pintamos un rato, primero paso a comprar los plátanos para desayunar mañana, y las torrijas, si hay algo que me da rabia de verdad de todo esto es no poder comer las torrijas, que me quedan súper ricas, lo bueno es que el helado sí, ah, sí, también paso ahora a comprar helado de caramelo salado, qué bueno, pero cómo será eso de caramelo salado, hace mucho que no cocino esas cosas, no tendría que haber cerrado yummyluli, que sí, que sí, que son muchas cosas, hay que saber parar, ay, si, voy a llamar a mi madre que me acaba de llamar, pobre, preocupada en sus vacaciones, menos mal que no nos fuimos con ellos, les habría jodido el descanso, hay veces que es intensa, eh, pero menos mal que la tengo, la llamo.
Por si te apetece leer más:
Todo lo que sé sobre narrativa lo aprendí viendo telenovelas
Antes de que me pusiera intensa con la escritura, antes de leer a Cortázar, a Woolf o a cualquier autor con apellido que suena a estación de metro europea… yo era fan de Chiquititas. De Rebelde. De Pasión de Gavilanes. De Marimar, Betty, la fea y todas las que venían con intro musical que podría cantarte sin despeinarme. La tabla del siete,
Querido diario: a veces me pregunto qué estoy haciendo
La duda no entra de golpe. Se va colando despacito.
Querido diario: la felicidad que me produce estar rodeada de mis amigas
Es increíble el poder de la amistad. En cualquier momento de la vida.
¡Gracias por llegar hasta aquí!
Luli ✨
Si no estás todavía, suscríbete:
Atinado post luli!
Lo primero de todo espero estés mejor.
Lo segundo: a medida léia recordé un texto de Canguillhem donde señala que el estado de salud en general es "inconciencia" del sujeto con respecto a su cuerpo.
Una definición que me gusta mucho de Canguilhem es esta: salud es la capacidad de instituir normas. Es decir, no se trata de estar en un punto ideal, sino de tener la flexibilidad, la fuerza, la creatividad para redefinir lo que es bueno para uno mismo. No solo adaptarse al medio, sino transformar el medio en función de lo que uno necesita para seguir siendo.
Gracias por hacerme recordar.